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Las tasas de interés para adquisición de
viviendas, ubicadas actualmente entre 4,6% y 11%, bajarán este año
gracias a la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV), anunció este jueves
el presidente del Banco Nacional de Vivienda y Hábitat (Banavih), Mario
Isea.
Destacó que Venezuela es el único país en el mundo en el
cual las tasas de interés bajan en lugar de subir como ocurre en otras
naciones.
"Las tasas mayores van a bajar cerca de un punto porque
la tasa promedio ponderada que el Banco Central de Venezuela nos mandó,
bajó. Este es el único país en el que las tasas hipotecarias bajan, en
el resto del mundo siempre suben", expresó.
Durante su
participación en el programa Toda Venezuela, que transmite Venezolana de
Televisión, Isea comentó que la cartera hipotecaria obligatoria de este
año es de 80 mil millones de bolívares, distribuidos en los renglones
de adquisición, construcción, autoconstrucción, ampliación y mejoras.
El
incremento de la cartera hipotecaria, que pasó de 15% a 20%, busca
mantener el equilibrio entre los sectores económicos, al permitir un
óptimo funcionamiento tanto de la banca como del Estado, dijo el
presidente de Banavih en días pasados.
Misión Vivienda El
presidente del Banavih expresó que, una vez culminada este año la
asignación de hogares a las familias en refugios, comenzará la etapa de
otorgamiento de unidades habitacionales a quienes se inscribieron en la
Gran Misión Vivienda Venezuela con baremos de prioridad socioeconómicos.
Resaltó
que 380.000 familias saben que este año tendrán sus viviendas
construidas por la GMVV. A esta cifra se le agregan las casas que pueden
adquirir los venezolanos a través del mercado secundario. "Estaríamos
hablando de 400.000 personas que pueden satisfacer su derecho a la
vivienda digna".
Además, Isea mencionó que las casas y
apartamentos construidos a través de la Gran Misión Vivienda Venezuela
serán puestas al mercado, lo cual obligará a la baja del precio
especulativo.
De igual forma, comentó que en la GMVV se han
planteado reducir los costos de los terrenos pues, tal como resaltó,
este es uno de los elementos más especulativos.
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La actual política de vivienda a través
de la Gran Misión Vivienda tiene dos fases. La primera, abarcó los años
2011-2012, en la cual se construyeron 347.000 nuevas viviendas de la
meta de 350 mil. La segunda ya se inició y abarca el ciclo 2013-2018, en
la cual se planifica edificar 2.650.000 nuevos hogares. Serían tres
millones de viviendas en ocho años. Según el Censo, eso es el 36% de las
existentes en 2011 (edificadas durante 300 años y más).
La
primera fase fue para arrancar y preparar la logística y procesos
requeridos para producir masivamente. Por ello la meta fue muy
ambiciosa. Sirvió para presionar al sector constructor y a las
estructuras internas del Gobierno. Se cumplió la meta cuantitativa en
99% y se organizó el Estado para afrontar la siguiente fase. El primer
desafío fue cumplido, y exitosamente.
La segunda etapa,
2013-2018, es para consolidar la capacidad y calidad constructiva
nacional. Con una meta enorme, 440 mil viviendas por año (promedio).
Este sería un colosal segundo reto. Las condiciones parecen estar en
acelerado avance para garantizar su ejecución. Es decir, para disponer
de tierra apta para uso urbano, financiamiento, insumos, maquinarias,
experiencia profesional y técnica en los diversos trabajos y procesos
constructivos, etc. Pero hay otros fines que son los notables desafíos
en esta segunda fase. Veamos los esenciales.
La producción y
construcción de obras públicas y de vivienda, en el fondo, son un medio
para lograr propósitos de mayor alcance. Ellos son: impulsar la
economía productiva (la construcción es su segundo motor); robustecer la
industrialización del sector vivienda; ordenar, adecuar y dotar a las
ciudades de las condiciones para su racional uso y disfrute (incluye
transformar los barrios); estructurar el territorio y potenciar sus
atributos ambientales; masificar la formación en la vasta diversidad de
saberes y destrezas que exige la producción y mantenimiento de la
vivienda, y crear los espacios y las arquitecturas conformes para el
buen vivir, organización, convivencia y gobierno popular.
Estos
son los grandes desafíos de los próximos seis años. En síntesis,
construir, transformar, estructurar y embellecer el territorio, las
ciudades y sus barrios de forma integral y según la visión de los
cambios en proceso, radicalmente distinta a la del pasado. Pero debe
forjarse una tercera fase. Desde 2018 en adelante, en la cual se
afiancen el bienestar urbano y de la vivienda y el pleno gobierno
popular urbano. En fin, que la vivienda sea una poderosa herramienta
ideológica y política para alcanzar objetivos mayores.
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